Cada cosa que hacemos puede ser vista. Nuestras vidas son partidas por la cuchilla de la privacidad simulada.
Toma tu soma del color y forma preferidos, embárcate en la mentira de la modesta vida promedio.
Calma tu ansiedad generalizada con la belleza de las luces de cualquiera de tus cajas sobrevaloradas, ya que, seguramente, tienes por lo menos dos.
Afuera o adentro, da igual, ya estás expuesto, no hay forma de escapar.
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