jueves, 21 de febrero de 2019

Padre333

Y así de pronto me di cuenta de que había olvidado cómo se sentía que mi padre me llamara unas cuantas veces al día (unas 6 quizás, sea como sea es un número excesivo) para contarme cosas. Esté sola o acompañada, esté en casa o en la calle, incluso cuando estaba con él en algún lugar, en el supermercado o alguna tienda, buscaba la forma de tener que usar los teléfonos que él había comprado y pagaba, solo para tener que experimentar constantemente con unos aparatos tecnológicos tan revolucionarios para él como en su juventud. Un pensamiento llama a otro. Creo que mi padre encuentra la tecnología y la imagen del futuro tecnológico demasiado extasiantes y placenteras que le crean satisfacción suficiente para llenar los vacíos que existen en él.