lunes, 2 de julio de 2018

¿Y ahora qué?

Es cierto, sin importar el tiempo, resulta corto el amor, queda chico, dejándonos con ganas de haber querido más, gozado más, cogido más, abrazado más.
Ese dolor que te da en partes tan específicas como el pecho y la cabeza es solo un recordatorio de que la realidad es dura y difícil, de que las cosas evolucionan al compás del tiempo, pero que algunas simplemente se quedan ahí, flotando, inyectando veneno muy lento en nuestra mejoría, como reteniendo nuestro avance para evitar que seamos felices.
Respira profundo e intenta no hundirte, tus brazos y piernas te ayudarán, no será fácil decidir ni mucho menos vivir con las decisiones que tomes, tus elecciones te condenan al futuro.
Todo lo que consideramos significativo llegará a perderse en el tiempo, a veces uno se pregunta si hubiese sido posible salvarlo, pero es triste saber que no seremos conscientes de su muerte sino hasta después de que suceda.
Arrepentirse está de más, no debemos condenar el error ni lo bello de la experiencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario