Los horrores de la soledad destruyen la personalidad, puedes gritar e intentar así recuperarte, aunque no funciona de esa forma. Dale una oportunidad a tu agresividad o quizás dos, toda forma de salvación es válida en momentos de crisis. Pasa por encima de ti y odia cada parte de tu composición, inventa una nueva persona dentro del espectro que eres tú, inventa muchas nuevas personas hasta que de tu persona original no quede ningún rastro. Cae mil veces en los mismos errores mientras te escondes de los hechos de lo cotidiano y las responsabilidades, deja que se apilen, así su peso será mayor y mayor será la sensación aplastante de culpa al derrumbarse sobre ti. Total, tus heridas no sanarán y se infectarán hasta el punto de convertirte en un parásito lastimero digno de las miserias a las que fuiste expuesto.
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