sábado, 30 de noviembre de 2013

Surgirémonos entre lo que llamamos felicidad para estar destinados al diluvio derrochador de escozor en el corazón, siempre y cuando compartámonos los oídos y los ojos y los demás (sin)sentidos mientras reposamos los dolores que crean la utilización de neuronas para todo menos para pensar no asesinarlas... Bailaremos desnudos mientras nuestros visores se van alargando y empequeñeciendo hasta que nos veamos ridículamente felices en un mundo donde no tenemos lugar más que el de estar juntos por lo que nos falte de muerte.

Para las cenizas de lo que somos mientras nos incendiamos bajo la lluvia.


Para ti.

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